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Las albóndigas son riquísimas en cualquiera de sus preparaciones y probablemente uno de los platos estrella de nuestra gastronomía más tradicional. Aún así parece ser que, según la mayoría de las fuentes, el origen de este plato es árabe. De echo, el nombre de albóndiga proviene de la palabra “al-bunduga”, que significa avellana y que se refiere a la forma de las albóndigas (aunque probablemente no lleguemos a encontrar ninguna de ese tamaño). A mí personalmente me encantan. Será una de las preparaciones que más hayamos comido los de mi generación desde pequeños y de multitud de formas diferentes: con patatas, con salsa de tomate, con una salsa de carne o ave, en salsa verde… En su origen eran bolas de carne pero hoy en día pueden ser de pollo, de pescado o de verduras. Al igual que muchas otras recetas tan populares podemos afirmar que no existe una receta de las albóndigas universal sino que probablemente podamos contar un tipo de preparación por cada casa.
Yo hoy os voy a mostrar una receta muy sencilla (aunque el tiempo de cocinado sea un poco largo) pero que da un resultado estupendo. No requiere florituras ni aderezos adicionales. Simplemente unas albóndigas en salsa de las de “toma pan y moja”. Animaros a hacerlo porque os va a gustar. Además, este tipo de preparaciones tiene la ventaja de que puestos en faena podemos hacer más raciones de las necesarias y congelarlo después, de forma que tendremos la comida solucionada cualquier día posterior que no queramos cocinar.
Los ingredientes que vamos a necesitar (para tener albóndigas para todos los vecinos) son los siguientes: 600 gr de carne picada de ternera, 400gr de carne picada, 4 ajos, 2 tomates, 1 cucharadita de pimentón, 1 cerveza negra de 330ml, la misma cantidad de agua, aceite y sal. Por otro lado, como ingredientes a añadir a la masa de carne utilizaremos los siguientes: 3 ajos, 4 huevos pequeños, una rama generosa de perejil, sal, pimienta, salsa Worcestershire, 3 rebanadas de pan bimbo y leche.